Self-Discipline and Pandemic

Worldwide, Spanish and more specific Madrid government, appeal to our sense of responsibility once and again, to each other’s care, to impose ourselves the pertinent self-discipline. It cannot be any other way, that is how it is thought by the common sense. The same is for anyone who asks for a psychoanalyst in Madrid and in any other part of the world. In fact the formula it is imposed just by it is prudence and soundness. The difficulty is that there are three problems that the democratic parties cannot address. At least by now, it becomes structurally impossible to face them, even beyond the psychoanalysis, although perhaps workable with a psychoanalyst.

The First one, already pointed by Kant, and showed once and again by all the ones that asks for a Psychoanalyst in Madrid, as it is happening in my private practise, is that the subject is working by a sensitivity always dragged by his or her personal interests, and easily distracted from the imperatives of the practical reason. It is from here where the fastidious and truthful Peron´s formula comes: man is good, but watched, much better.

Secondly, Freud´s lucid observation, that one who creates psychoanalysis more than a century ago: Modern civilizations progress and advance to an all the time increasing stronger pressure towards the dead drive. We, Madrid psychoanalysts, see this the same way than Freud did far away. Any pleasure offer can possibly include and oversight which gives way to the dead drive. There are thousands of people that do not believe in the State public word, not in Madrid, nor in Spain, perhaps neither in Europe nor other Continents. It is not that they are deniers, but in their very guts, there is something like “this does have nothing to do with them”, even in a way that confines with the magic thinking of believing that they are immunized. Although they cannot give an account of all of this, we have testimony of it so many times in our psychoanalysis private practice.

The inevitably Third point is made up by the very own capitalism conditions, the demand to dwell in an absolute present, without any possibility of future historic perspective, and the famous “carpe diem” success, more listened as more catastrophic the situation is. That’s the reason why our world is tinged with such an apocalyptic atmosphere, and I repeat myself, not just in Madrid, but I believe, worldwide. The disorder in which the capitalist western civilization is being driven into, demands not to ignore a question coming from the crossroad itself, can the democratic and popular governments build up a new non-repressive authority? And yet, enough firm as to give a new consistency to the sovereignty exercise?  

(Words taken and translated from Jorge Aleman speech)

Psicoanalista en Madrid: Autodisciplina y pandemia

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Los gobiernos en Madrid, en España y mundialmente, apelan una y otra vez a la responsabilidad personal, al cuidado por los otros, a imponerse la autodisciplina pertinente.

No puede ser de otra manera.

Así lo piensa el sentido común y por supuesto el que consulta un Psicoanalista en Madrid y en cualquier parte del mundo, de hecho, la fórmula se impone por sensatez y prudencia.

El problema es que hay tres problemas que los gobiernos democráticos no pueden abordar.

Por lo que, al menos por ahora, resulta estructuralmente imposible afrontarlos, incluso más allá de los psicoanálisis.

En primer lugar,

Y ya señalado por Kant y demostrado, una y otra vez, con los que llegan a una consulta de psicoanálisis, es que el sujeto está trabajado por una sensibilidad que siempre está atraída por sus intereses particulares.

A pesar de que no se de cuenta, y se distraiga con facilidad de los imperativos de la razón práctica.

Por esta razón, es de donde quizá surge la fastidiosa y veraz fórmula de Perón:

“El hombre es bueno pero si se lo vigila mejor”.

En segundo lugar,

La lúcida observación de Freud, el cual creó el psicoanálisis hace ya más de un siglo:

“Las civilizaciones modernas progresan”.

Así lo vemos los Psicoanalistas en Madrid también, avanzan hacia una presión cada vez más fuerte de la pulsión de muerte.

Cualquier oferta de placer puede eventualmente incluir el descuido que le abre paso a la pulsión de muerte.

Hay miles de sujetos que no creen en la palabra pública del Estado, ni en Madrid, ni en España, ni en Europa, ni en otros continentes.

No es que sean negacionistas, pero en su fuero interno, es algo así como que “la cosa no va con ellos”, incluso de un modo que confina con el pensamiento mágico y se sienten inmunizados.

Aunque no puedan dar cuenta de ello.

Así lo comprobamos en la consulta de psicoanálisis, tantas veces.

En tercer lugar,

Inevitablemente lo constituyen las propias condiciones del capitalismo, las cuales exigen habitar en un presente absoluto, sin posibilidad de perspectivas históricas de futuro.

Y el famoso triunfo del “carpe diem” que tanto se escucha cuánto más catastrófica parece la situación.

De ahí la atmósfera apocalíptica que tiñe a nuestro mundo, repito, no solo en Madrid, ni España, va más allá, sin duda.

El desorden en el que la civilización occidental capitalista va ingresando exige no desatender una pregunta que surge de la propia encrucijada.

¿Pueden los gobiernos populares y democráticos construir un nuevo tipo de autoridad no represiva?

¿Pero lo suficientemente firme como para darle una nueva consistencia al ejercicio de la soberanía?

Donde la apelación a la llamada autodisciplina no constituya la última palabra en la catástrofe pandémica.

Palabras recogidas de Jorge Alemán.

Psicoanalista y escritor.

Esas y muchas otras preguntas se abren y despliegan en el trabajo con un Psicoanalista en Madrid, y en cualquier rincón del mundo donde los haya.